CANNES, 23 (ANSA)- Con un "Macbeth" que no agrega nada a la historia del cine que cuenta ya con tres versiones impagables como las de Orson Welles de 1948, de Akira Kurosawa de 1957 y de Roman Polanski de 1971, concluyó el concurso del 68 Festival de Cannes que ahora espera solo el anuncio de los premios previsto para mañana.
El director de la nueva versión, digna aunque prescindible, es el australiano Justin Kurzel, de 40 años, que en su haber contaba solo con un buen film de terror, "The Snowtown Murders", que había obtenido en 2011 el premio de la Semana de la Crítica en Cannes y que probablemente fue lo que le abrió las puertas de Hollywood.
La pareja protagonista es de primer orden, el alemán con pasaporte irlandés Michael Fassbender y la actriz Oscar francesa Marion Cotillard, que recitan los mejores diálogos de este festival en paisajes de agreste belleza como agrestes y esenciales son los decorados de esta Escocia primitiva y violenta, a los que secunda David Thewlis como el rey Duncan.
Kurzel opta por una teatralidad extrema, hecha de grandes silencios y de una recitación pausada que magnifica la belleza del verso blanco, mientras las dos o tres batallas que amenizan, por así decir, la película, no son más que un esfuerzo por atraer a un público joven y amante de la acción. Excelente la fotografía de Adam Arkapaw, que exalta la despojada belleza del paisaje invernal escocés y sucinto el decorado de Fiona Crombie, hecho de tiendas de campaña como corresponde a una nación inestable, presa de la guerra civil, donde los reyes se mueven constantemente para evitar ser asesinados.
Completó la jornada final el documental francés "La glace et le ciel" de Luc Jacquet (que ganara un Oscar al mejor documental en 2006 por "La marche del empereur" sobre la vida de los pinguinos imperiales en el sur antártico), que por boca del glaciólogo Claude Lorious advierte sobre los peligros de la contaminación atmosférica y de la desglaciarización que en dos generaciones podría sumergir a las tierras más intensamente pobladas del planeta.
Utilizando material de las diversas expediciones que realizó Louris en su larga vida, desde los 23 años hasta ahora que tiene 82, Jacquet realiza no un documental propiamente dicho sino, siguiendo los pasos de su protagonista, un grito de alerta para que el hombre comprenda finalmente que poniendo en peligro a la Tierra, decreta su propia extinción.
Jacquet se regodea con las imágenes que muestran a un continente blanco, aparentemente todavía incontaminado, pero el jugo del mensaje está en el comentario de Louris, ilustrado por las diversas expediciones que demostraron en medio siglo el grado de contaminación que esconde la superficie nevada del sexto continente.