Revelación del Festival con la película de Alejandro González Iñárritu Amores perros en el año 2000, Gael García Bernal protagonizó también su segunda obra, Babel, en la Sección oficial de 2006. Entrevista con uno de los nueve miembros del Jurado de este Festival de Cannes.
Amores perros, la primera película que tuvo proyectada en Cannes en 2000, lo reveló a nivel mundial. ¿Qué influencia tuvo esta participación en su carrera?
También fue la primera película y la única que vi aquel año. Veníamos a la Semana de la crítica, éramos como ocho personas en un piso. Ese año paseaba por aquí, tenía 22 años. Me dio cierta sensación de suerte poder vivir esto con la primera película que hice.
Pero también fui consciente de la elevada responsabilidad de lo que eso traía conmigo mismo. Me empezaron a llamar de diferentes lugares para trabajar y eso es siempre muy emocionante. Sobre todo porque yo no sabía que quería ser actor en ese momento. Quería dirigir, actuar en teatro pero no sabía que quería ser actor profesional, lo supe tres películas después. Antes, me imaginaba un poco como un médico, un médico muy cool que cumple el viernes por la noche, pensé que eso iba a ser mi rollo, escribiendo y actuando en teatro de vez en cuando. Pero ahora sí considero que mi profesión es actor.
¿Qué es lo que más le marcó de ese festival en su momento?
Se mantiene hasta ahora. A pesar de esta fachada de glamour y de elegancia, a pesar de toda la maquinaria detrás del escenario (muchas compañías trabajando, mucha gente moviéndose y haciendo cosas) y a pesar de la expectativa de la gente también, de la ilusión del cine, todo tiene que ver con el cine mismo. Si una película es buena, todo el festival se entera de que hay una película muy buena en determinada sección, aunque sea un lunes, lejos y a las 10 de la mañana. Y eso es magnífico, increíble. Nos pasó con Amores perros, que se convirtió en una de las películas fuertes del año, sino en la más fuerte de aquel año. Eso es interesante, es como una especie de ley o justicia fílmica que sucede, aquella película que logra una alquimia es la que llama la atención. No importa el estatus en el que esté, la maquinaria que tenga o no tenga detrás, lo que importa es el cine. En ese sentido hay una sensación de justicia, y de esperanza también.
Este año, estrenó el documental ¿Quién es Dayani Cristal?, en el que se cuenta el difícil viaje de un inmigrante. ¿El tema de los inmigrantes indocumentados de Centroamérica es un tema que le importa especialmente? ¿Por qué?
Porque he sido inmigrante yo. Soy inmigrante todavía, venimos de familias migrantes. Y porque es la historia esencial del ser humano.
Es la primera gran aventura de la vida: moverse, conocer, encontrarse, accidentarse en el camino, creo que ese es un motor fundamental de cualquier narrativa, el viaje. El road movie es un género del cine y de la literatura increíble porque siempre vas viajando con ellos. Sales del cine queriendo viajar. Apela a algo muy esencial de la espiritualidad del andar cotidiano del ser humano y es importante para mí por eso. Con algo tan natural y esencial para los seres humanos, algunos no pueden hacer esta migrancia.
Más bien esta migrancia es obligada, es forzada de alguna manera y es condenada, es ilegal. Entonces hay una contradicción muy fuerte que es interesante: el cine es quizás de las pocas formas de expresión que puede darle una identidad propia al viaje y un poder a las personas para que tengan una identidad. Lo que hacen es desaparecer, es la invisibilidad, en la oscuridad la gente se aprovecha. Me siento muy cercano a ellos. Soy medio chino, africano, indígena, europeo, una mezcla de un montón de cosas.
Tiene especial interés por los documentales, ¿considera que están bien valorados en la industria del cine?
Creo que cada vez más. Antes quizás pertenecía a una élite intelectual y cinematográfica muy específica. Era raro ver un documental. Cuando el cine nació, el documental fue el manifiesto del cine de manera inmediata, en la escala evolutiva es como el primer tronco que se parte y ha acompañado el cine durante mucho tiempo, pero ahora vuelve a estar aceptado como película.
Antes era algo informativo, algo que ayudaba a comprender algo pero ahora su función es esencial en el sentido que el documental, a diferencia de la ficción, explica las cosas Es una manera muy substantiva de obtener una información que te ayuda a que uno saque conclusiones. Por eso está recuperando esta función esencial. Lo veo con el Festival de documentales ambulante que montamos con Diego Luna, 100.000 personas van cada año a diferentes partes del país, y eso es increíble.
Su amigo Alfonso Cuarón le hizo 10 preguntas al presidente de México, Enrique Peña Nieto, sobre la reforma energética del país, ¿qué opina sobre eso?
Me parece increíble, me parece un acto muy importante y valiente. ¡Comparto sus ideas! ¡Es mi mentor, mi compañero!