Desde Manhattan en 1979, Woody Allen ha presentado nada menos que doce películas fuera de competición en el Festival de Cannes. En su última visita en 2011, Midnight in Paris fue la encargad de inaugurar el certamen. En esta ocasión nos ofrece Irrational Man, la historia de un profesor de filosofía asaltado por la duda, de un «hombre irracional» encarnado por Joaquin Phoenix.
Sin que sirva de precedente, tras su vuelta al mundo por grandes ciudades (Londres, Barcelona, París, Roma), el director neoyorquino ha plantado su cámara en una universidad rural. El sencillo marco de esta pequeña ciudad sirve como fondo para una intriga más compleja, que se dibuja en torno a un Joaquin Phoenix (Abe Lucas) que está viviendo una pérdida de confianza.
El director ha elegido a Emma Stone y Parker Posey para sembrar la duda existencial y afectiva en la cabeza del profesor de filosofía al que encarna. Tras participar en Magia a la luz de la luna, la última película de Woody Allen, volvemos a encontrarnos con Emma Stone (Jill Pollard) en el papel de confidente y estudiante brillante. Parker Posey (Rita Richard), que ansía al mismo hombre, interpreta a una compañera de trabajo que se siente sola y descuidada por su pareja.
Woody Allen confiesa sentirse seducido desde sus inicios por la filosofía, cuyos temas explora con gusto en películas como La última noche de Boris Grushenko, Delitos y faltas o Match Point. «Desde que era muy joven me sentí atraído, no sé por qué motivo, por lo que solemos llamar las "grandes preguntas existenciales"». Esta fascinación también está relacionada con el descubrimiento de la obra de Ingmar Bergman durante su adolescencia, cuya profundidad remitía a pensadores todavía desconocidos para un joven Woody Allen (Nietzsche, Kierkegaard). Desde entonces, el cineasta atormentado no ha dejado de alimentar, en su filmografía, esta pasión por la filosofía.