
En ¡Al fuego, bomberos!, su primera película en color, Miloš Forman narra el transcurso del baile de los bomberos en una pequeña localidad, y en el que nada sale como estaba previsto. Valiéndose del humor y el sarcasmo, realiza una crítica del comunismo, lo que le costó una censura de Estado en 1968, en plena Primavera de Praga.
El Festival de Cannes brinda entonces la oportunidad a Miloš Forman de mostrar su película ante el público. Pero la suerte no está de su lado. Francia también atraviesa una crisis: el movimiento social de mayo del 68 no condona al Festival y ¡Al fuego, bomberos! forma parte de las películas que no serán proyectadas aquel año. Aun así, acaba siendo distribuida en Francia gracias al apoyo de Claude Berri y de François Truffaut.
Pero también hay otra consecuencia de la censura comunista de ¡Al fuego, bomberos!: Miloš Forman decide marcharse de Europa y embarcarse hacia Estados Unidos. Allí, su película es nominada al Óscar a la mejor película de habla no inglesa. Y así comienza la carrera internacional de Miloš Forman, marcada especialmente por películas brillantes como Amadeus y Alguien voló sobre el nido del cuco. Festival de Cannes