Cannes (Francia), 18 may (EFE).- Cuando los diputados argentinos aprobaron en junio el proyecto de ley para despenalizar el aborto, el cineasta Juan Solanas se emocionó tanto que se puso a llorar. Sintió la necesidad de filmar el clamor popular y el resultado es un documental, "Que sea ley", proyectado este sábado en Cannes.
Es una cinta militante, "pero no un panfleto", destaca en entrevista con EFE.
"Que sea ley" recoge testimonios de partidarios de ambos bandos, muestra a mujeres que decidieron abortar con la ley en contra y sigue el proceso que condujo a que el Senado bloqueara el proyecto en agosto por 31 votos a favor y 38 en contra.
"Cuando decidí hacer la película me quedó claro que lo más importante era la realidad, porque para mí la gente que se opone al aborto no tiene ni la más remota idea de las consecuencias de frases como 'Salvemos las dos vidas', o 'Aspiremos a más'. Me pone loco, no sé qué significa: ¿a más sadismo, a más muertes?".
Su filme, exhibido fuera de competición en esta 72 edición del certamen, se erige como denuncia contra la doble moral.
"Más allá de que hay mucha gente que se dice opositora y que tiene una novia, una amante o una hija que abortan, quise mostrar que no tiene corpus teórico, que es una especie de creencia, como decir yo creo en las hadas. Me parece fantástico, siempre y cuando lo apliques solo a tu vida".
La realidad, para quien quiera mirarla de frente, asegura, habla por sí sola: se estima que en Argentina hay entre 350.000 y 500.000 abortos clandestinos al año y unas 50.000 hospitalizaciones por complicaciones al realizarlos.
Y desde el regreso de la democracia al país en los ochenta, según sus cifras, unas 3.030 mujeres han muerto como consecuencia de esas prácticas.
Son casos como el Ana María Acevedo, fallecida en mayo de 2007 después de que los médicos se negaran a que abortara y a darle quimioterapia para no dañar al feto.
A los seis meses le practicaron una cesárea, pero el bebé murió a las 24 horas y ella días después. Su madre, Norma Cuevas, estuvo en Cannes para denunciar que la "asesinaron" y reclamar que el aborto sea legal.
"No quiero que maten a más", explicó ataviada con el pañuelo verde, símbolo de resistencia con el que los integrantes de la delegación argentina tiñeron de verde la alfombra roja del festival.
Solanas (Buenos Aires, 1966) aspira a que su cinta "cree empatía". "Que sea ley" es su tercer proyecto en el certamen: su primer corto, "El hombre sin cabeza", fue premio del jurado en 2003, y en 2005 presentó en la sección oficial Una Cierta Mirada su ópera prima, "Nordeste".
"Yo soy ateo, pero me atrevo a decir que si Dios existe es feminista, porque es un milagro estar acá. Vos lo que querés con esta película es que dé visibilidad al tema, y qué más sueño que esté en Cannes".
Su proyección tiene lugar a días de que este 28 de mayo el proyecto de ley regrese al Congreso.
Solanas no se muestra confiado: "Si hubo un cambio en este tiempo fue uno negativo. Después de la media sanción empezó a haber presiones a senadores, empezó el aparato evangelista y de la iglesia a presionar, e hicieron un trabajo excelente, por eso es más importante que nunca no aflojar".
El futuro, no obstante, lo tiene claro. "Nadie te regala los derechos, hay que luchar por ellos, pero se obtienen. No me cabe la menor duda de que el mundo tarde o temprano va a ser todo pro aborto, y en el mientras tanto van a morir muchas mujeres, eso es lo desesperante". Cultura
Su proyección tiene lugar a días de que este 28 de mayo el proyecto de ley regrese al Congreso. EFE