MORELIA, México (AP) -- Giada Colagrande se dejó guiar por visiones al realizar "Padre", su cuarto largometraje con Willem Dafoe, y que tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
"Me alegra mucho que sea aquí porque por años escuché sobre el festival", dijo Colagrande esta semana durante la función de gala. "Ahora estoy aquí y veo la pasión y la calidez de la gente que viene a este festival y entiendo por qué tiene una reputación tan buena, es un gran honor".
Tras la función durante una sesión de preguntas y respuestas un miembro del público dijo acertadamente que la película era una especie de meditación visual y narrativa, una iniciación a la espiritualidad. Colagrande escribió el guion cuando pasaba por el duelo por la muerte de su padre.
"Tenía visiones, un montón de imágenes, en algunos casos escenas enteras", dijo. "Escribí todo como si lo hubiera soñado".
El resto del proceso de la película fluyó sin contratiempos, dos meses después de que empezó a escribirla, Colagrande estaba filmando.
"Me sentí guiada por todo el proceso, cuando estaba filmando sentía que no tenía decisiones que tomar, cuando estaba editando sentía que las cosas llegaban a mí y todo lo que tenía que hacer era tratar de escuchar y las cosas llegarían", dijo Colagrande en un encuentro con los medios.
En "Padre" Colagrande interpreta a Giulia, una mujer que, tras el suicidio de su progenitor, comienza a verlo y a sentirlo. Los encuentros la llevan a abrirse cada vez más a un mundo desconocido. Todo esto ocurre mientras ella trabaja en un proyecto de teatro con un amigo de su padre (Dafoe), en el que un grupo de mujeres enaltece la labor de artistas femeninas a través del performance.
La película comienza con Colagrande leyendo una carta.
"Era una carta de despedida de mi padre, no entendíamos por qué escribió una carta de despedida si no se suicidó", dijo.
Literatura mística y pasajes espirituales fueron su inspiración, pero también el arte del videasta estadounidense Bill Viola y de las artistas Maya Deren, Lili Boulanger y Alfonsina Storni, para quienes el grupo de teatro canta "Alfonsina y el mar".
"Las mujeres que mencionamos son artistas que admiro y que me guiaron", dijo Colagrande. "Creo que el arte es un canal o un puente entre dimensiones y quizá la razón por la que empecé a expresarme en el cine o con imágenes en movimiento es porque me gusta la capacidad que tiene esto para hacer que lo invisible sea visible".
La cinta se realizó sólo con siete miembros de producción en el barrio Romano donde vive la directora y también al interior de su apartamento. Fue tan casera que usaron el gato de su vecino el cual acompaña al personaje de Colagrande en sus descubrimientos. Pero el resultado final es una película con imágenes hermosas y atemporales que sitúan al espectador en la atmósfera reflexiva de la película.
"Al principio rechazaba la definición del arte femenino", dijo Colagrande. "Ahora veo y siento la feminidad del arte cuando un artista es una mujer, o siente como una mujer, no es un asunto biológico para mí, siento que quiero rendir un homenaje a esa forma específica que tomé en esta vida. rendir homenaje al género femenino se trata de igualar las dimensiones materiales y espirituales de hacer arte".
En "Padre" el personaje de Colagrande sufre la muerte, necesita todo un proceso para reconciliarse con ella. Ante el Día de Muertos que se celebrará la próxima semana en México, en el los familiares recuerdan a sus seres queridos con ofrendas coloridas, la directora confió que la película tendrá una resonancia mayor con el público local.
"La manera en la que los mexicanos celebran la muerte me parece increíble, porque no me gusta ver la muerte como un fin o temerla como algo malo, me encanta la idea de celebrarlo y tuve que aprenderlo", dijo Colagrande. "No fue un proceso fácil porque hasta hace pocos años me moría de miedo de perder a mis seres queridos y luego Fanco Batiatto, quien interpreta a mi padre en la película me dijo que meditara al respecto".
Colagrande estudió tanatología y se adentró en los textos que la llevaron a su película. Ahora ve la muerte como una transformación que "abre espacio para un renacimiento".
"Gracias a esto pude tomar el luto como una ocasión para elevarme, como una especie de iniciación, no una ocasión para sentir dolor, porque si adoptas el dolor te cierra, no tienes a dónde ir, pero si lo tomas como una ocasión para conectar con el mundo espiritual puede abrir puertas que normalmente son muy difíciles de abrir".