San Sebastián, (EFE).- Justo cuando se cumplen 25 años de su primer papel en el cine haciendo de malo en una película de James Bond, Benicio del Toro recibe hoy el segundo Premio Donostia de la 62 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en la que además presenta la película "Escobar: paraíso perdido".
"Cuando empecé como actor nunca pensé en recibir un premio como este, ni siquiera lo soñé", afirmó hoy el actor portorriqueño en rueda de prensa horas antes de subir al escenario para recibir la distinción. "Es la primera vez que me dan un premio de ese tamaño, por toda una carrera", añadió.
Con la sonrisa fácil pero parco en palabras, el ganador de un Óscar por su papel en "Traffic", de Steven Soderbergh, ha querido reconocer el trabajo de los actores que le han precedido, aunque no citó ninguno en concreto. "Atreverse a ponerse frente a una cámara para hacer un cuento es complicado", afirmó.
Aún así, él no ha dejado de hacerlo en estos 25 años. Desde aquel "sospechoso habitual" que empezó a despuntar en el filme que encumbró a Bryan Singer antes de lanzarse al universo de los "X Men", hasta su último trabajo, en el que se aproxima a la figura de uno de los mayores narcotraficantes de todos los tiempos Pablo Escobar.
La cinta no es una película biográfica al uso, ya que sólo se centra en un periodo concreto de la vida de Escobar, y además incorpora un segundo protagonista ficticio que en realidad lleva el peso principal: un surfero llamado Nick que tiene la mala fortuna de enamorarse de la sobrina del "patrón" -la española Claudia Traisac-.
Josh Hutcherson, conocido por "Los Juegos del Hambre" y que ha desatado más pasiones que el propio Del Toro en la alfombra roja, asume el reto de robarle el protagonismo al siempre imponente actor portorriqueño. Y Carlos Bardem da la talla como el lugarteniente de Escobar.
Escrita y dirigida por el hasta ahora actor Andrea di Stefano, "Paraíso perdido" muestra al narco colombiano en una doble faceta, como el criminal más odiado y al mismo tiempo el más admirado, como cruel ejecutor sin escrúpulos y como hombre de familia.
"Para algunos fue un Robin Hood, pero para la mayoría fue un monstruo", dijo Del Toro en San Sebastián y aseguró que, durante su investigación del personaje sintió "el dolor que pasó por Colombia" durante el tiempo en el que impuso su terror.
El de Escobar no es el primer personaje real para un actor que ha sido "Basquiat" con Julian Schnabel, o Che Guevara en el díptico de Steven Soderbergh, su proyecto más personal hasta la fecha y el "más difícil", según ha admitido hoy. Con él obtuvo el premio al mejor actor en Cannes y el Goya en España.
No obstante, también ha admitido que, después de tantos años de trayectoria, "cada vez es más fácil hacer este trabajo como un cirujano", sin verse afectado.
El abogado loco de "Miedo y asco en las Vegas", de Terry Gilliam, y el ladrón Cuatro Dedos de "Snatch, cerdos y diamantes" de Guy Ritche, son otros de sus papeles más recordados, aunque la segunda nominación al Óscar le llegó con "21 gramos" de Alejandro González Iñárritu.
Pese a haber logrado la difícil tarea de vencer el encasillamiento de los latinos en la industria estadounidense, Del Toro ha dicho hoy que "Hollywood es difícil para cualquier actor".
"Hay que tener memoria corta, o piel de cocodrilo, como quieras llamarlo, porque hay mucho rechazo y no te puedes ahogar por eso", ha señalado.
Lo que parece claro, a juzgar por su agenda, es que él ha superado de lejos esa fase. Después de haber participado este año en "Los Guardianes de la Galaxia", ha rodado y tiene pendiente de estreno "Inherent Vice", de Paul Thomas Anderson o "Sicario" de Denis Villeneuve.
Antes de eso está previsto el estreno de "A Perfect Day", que rodó en España a las órdenes de Fernando León, y se rumorea que estará en la próximo cinta de Terrence Malick.
(EFE)