La idea original del director, Olivier Dahan, y de su productor, Pierre-Ange Le Pogam, era muy sencilla: contar la metamorfosis de una gran estrella de Hollywood, Grace Kelly, en una princesa de leyenda, Grace de Mónaco.
Una película sobre Gracia de Mónaco no podía rodarse sin el consentimiento del príncipe Alberto II, su hijo y heredero. Tras un breve intercambio de matices y opiniones, el Palacio dio su visto bueno y la película pudo comenzar a rodarse en Mónaco.
Con el rodaje comenzaron a producirse los primeros roces. Los consejeros del Príncipe Alberto pusieron el grito en el cielo ante algunas escenas «sensibles». Con el montaje de la película estallaron problemas bastante más graves. El distribuidor estadounidense rechazó la primera versión del filme. El productor francés deseó intervenir.
El distribuidor americano pidió «revisar completamente» la primera versión del montaje personal realizado por el director, que se negó por principios. Sin embargo, las imperiosas razones del mercado norteamericano «aconsejaron» alguna «flexibilidad».
El fuego cruzado de las críticas de los consejeros del príncipe Alberto y del distribuidor norteamericano terminaron abriendo una crisis grave, hasta que, finalmente, el proyecto reaparece cuando se anuncia que «Gracia de Mónaco» abrirá la próxima edición del festival de Cannes.
Durante unas horas se pensó que se había producido una reconciliación entre Alberto II y Olivier Dahan, el director de la película, pero tras un par de días de espera y reflexión, el palacio de Mónaco reaccionó con un implacable comunicado oficial, denunciando la traición y la profanación de la memoria de la princesa difunta.
«No podemos aceptar -rezaba el comunicado del Príncipe Alberto II- que la realidad histórica sea traicionada por razones puramente comerciales».
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http://spanish.peopledaily.com.cn/92122/8624300.html