ESTAMBUL (Reuters) - Más de dos decenas de cineastas y un grupo de críticos internacionales se han retirado del Festival de Cine de Estambul después de que el Gobierno evitara la proyección de una película sobre los kurdos, en la última protesta por la censura en Turquía.
Al menos 22 películas de las cerca de 200 presentadas para el festival se retiraron este fin de semana, y el festival canceló la sección oficial, según los organizadores, después de que el documental "Kuzey/Bakur" --que significa "norte" en turco y en kurdo--, que documenta la vida de los milicianos del ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), no pudiera proyectarse.
El Ministerio de Cultura dijo en un comunicado el lunes que la cinta no había podido mostrarse debido a que los productores no habían obtenido con éxito los registros necesarios, añadiendo que la "propaganda del PKK" no tiene cabida en una sociedad democrática.
"Está claro que tanto los organizadores del festival como los productores de la película no iniciaron los procesos legales que se requieren para proyectar la cinta", dijo el ministerio.
No obstante, la directora del festival, Azize Tan, dijo que el Gobierno rara vez pedía la documentación y que no se la exigía a los cineastas extranjeros.
"A lo que nos hemos enfrentado con esto es a una regulación arbitraria que está siendo utilizada para evitar la proyección de películas 'no deseadas'", dijo.
La Federación Internacional de Críticos de Cine anunció que sus miembros ya no formarán parte del jurado del festival.
"La censura del Ministerio de Cultura daña a los cineastas turcos y al festival por igual", dijo en un comunicado.
ACTIVISTAS ALARMADOS
Las frecuentes operaciones de Turquía contra expresiones políticas contrarias a la posición del Gobierno, incluyendo las redes sociales, han alarmado a los activistas.
La semana pasada las autoridades bloquearon el acceso a Twitter y a YouTube durante varias horas para evitar la circulación de fotos de un fiscal que estaba siendo secuestrado a punta de pistola.
El lunes, una periodista holandesa fue absuelta por un tribunal después de un juicio en el que se le acusaba de difundir "propaganda terrorista". Había sido acusada por hacer comentarios en las redes sociales a favor del PKK.
El Sindicato de Productores Turcos de Cine definió el bloqueo sufrido por la película como el último ejemplo de censura en el cine y en las artes.
Filmado en campamentos del PKK en Turquía y en zonas de Siria e Irak, el documental representa la vida diaria de estos insurgentes.
Clasificado como una organización terrorista en Turquía, Estados Unidos y Europa, el PKK ha llevado a cabo su insurgencia durante tres décadas para obtener mayor autonomía para la minoría étnica kurda.
El proceso de paz de 2012 trajo un inestable alto de la mayor parte de las hostilidades, pero la violencia ocasional todavía continúa. Al menos cinco insurgentes murieron el fin de semana durante enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, anunció el Ejército.
"La realidad de lo que grabamos en la película no puede ser destruida por presión y prohibiciones", dijo Ertugrul Mavioglu, codirector del filme, en la cadena de televisión CNN Turk.
Organizado por primera vez en 1982, el festival presentó a la audiencia a nuevos cineastas y dio un lugar para que los productores locales establecieran relaciones con las distribuidoras internacionales.