LONDRES, 19 dic (Reuters) - Una adaptación cinematográfica del exitoso musical “Cats” llega a los cines, pero los críticos no han ronroneado de alegría exactamente.
La mayoría de las críticas han estado lejos de ser amables -“lo peor que le ha pasado a los gatos desde los perros”, aseguró una de ellas-, cuestionando entre otros temas la trama de una película llena de estrellas y el aspecto de los gatos creados a través de computadoras.
Hasta el jueves 19 de diciembre, solo un 18% de las 97 críticas recopiladas en el sitio web Rotten Tomatoes eran positivas.
Con un elenco en el que destacan Taylor Swift, Judi Dench, Ian McKellen, Jennifer Hudson, Idris Elba y James Corden, “Cats” provocó una reacción negativa desde que su trailer se publicó en julio.
Adaptada del musical del compositor Andrew Lloyd Webber y dirigida por el ganador de un Oscar Tom Hooper, la película muestra las caras de los actores, aunque sus cuerpos tienen colas y están cubiertos de piel animal.
“El verdadero problema es la ‘tecnología digital de las pieles’, que distrae y perturba”, escribió Tara Brady para The Irish Times. “Cada vez que Cats adopta una forma verdaderamente vanguardista, una oreja se contrae o la cola se mueve y vuelves a pensar en lo espantosos que lucen los gatos”.
Peter Debruge, de Variety, dijo que el filme es una “muestra extravagante de mal gusto”, mientras que David Rooney, de The Hollywood Reporter, calificó la película como “cat-astrófica”, en un juego de palabras.
“Además de la apariencia generalmente desagradable de los gatos, las proporciones son incorrectas respecto del entorno que las rodea”, sostuvo. “A veces pasan de parecer minúsculos a gigantes en la misma escena”.
Basada en los poemas de T.S. Eliot, “Cats” trata sobre una tribu de felinos llamada Jellicles, que debe tomar lo que se conoce como “la elección de Jellicle” para decidir qué gato ascenderá a la capa Heaviside y volverá a una nueva vida.
El musical se estrenó en Londres en 1981 y se convirtió en uno de los espectáculos con más tiempo en cartelera en el West End y en Broadway. Reuters