NUEVA YORK (Reuters) - Cuando era un niño, al futuro director de cine Woody Allen le preocupaban tres cosas: el béisbol, la magia y los asesinatos. Esto último lo utiliza de argumento en su última película, "Irrational Man", que se estrenó en los cines de Estados Unidos el viernes.
En "Irrational Man", Allen explora los temas de la moralidad, infidelidad, pasividad y mortalidad, algo familiar para quienes hayan visto "Crimes and Misdemeanors," "Manhattan Murder Mystery" y "Match Point".
Joaquin Phoenix interpreta a un profesor de filosofía desafecto, Abe, cuya vida carece de sentido hasta que conoce a una estudiante avezada, papel que hace Emma Stone.
A raíz de una conversación que escucha al azar durante una cena, Abe recupera sus ganas de vivir maquinando un plan para acabar con un juez aparentemente inmoral, inepto y corrupto. Basa su argumento como algo que hará del mundo un lugar mejor.
"Me interesa", dijo Allen, de 79 años y director de más de 45 películas, sobre el asesinato. Es la "sustancia del drama", desde los griegos hasta Shakespeare, afirma, al igual que la magia y el béisbol, lo que le ha fascinado toda la vida.
Aunque es más conocido por sus comedias, Allen dijo a la prensa que "Irrational Man" es para él "una película seria, de principio a fin".
Si "la gente se divierte con algunas cosas dentro de la película, yo no las he puesto ahí".
Por eso está orgulloso de su elenco, en el que se encuentra Parker Posey como una profesora que rellena el triángulo amoroso con Phoenix y Stone.
Las películas de Allen han atraído a lo largo de los años a actores de gran talento, pese a que cuentan con un salario mucho más bajo de lo que pueden conseguir en Hollywood.
Pero con una bien practicada modestia, el escritor y ganador de un Oscar a mejor director alaba a sus actores, asegurando que "todo lo que hago es intentar no arruinarlos".
"Esa gente lo estaba haciendo bien antes de estar conmigo. No hay nada que puedan aprender (de mí)", dijo.
Allen comenzará su próxima película en agosto junto a Bruce Willis, Jesse Eisenberg, Blake Lively y Posey, entre otros. "La hacen porque les gusta actuar", dice.
Para sí mismo, Allen dijo que había llegado a ver la fama y la fortuna "vacía y sin alegría". "La única recompensa es el acto de hacer la película", añadió.