Londres, 11 jun (EFE).- La muerte del actor británico Christopher Lee a los 93 años deja al mundo del cine sin uno de sus villanos más famosos, cuyo rostro ha quedado asociado a personajes siniestros como el conde Drácula y el mago Saruman de "The Lord of the Rings".
Lee, que apareció en más de 250 películas, se sirvió de su físico singular -medía cerca de dos metros- y su mirada penetrante para ejercer papeles de antagonista en sagas como las de James Bond y "Star Wars".
El actor, nombrado Caballero del Imperio Británico en 2009, falleció el pasado domingo en un hospital de Londres en el que había ingresado con problemas respiratorios, si bien su familia ha mantenido silencio sobre su muerte, que se ha conocido hoy.
El ayuntamiento del distrito londinense de Kensington y Chelsea, donde murió el artista que encarnó al vampiro más legendario de la gran pantalla, confirmó que había emitido su certificado de defunción.
Este certificado ha sido publicado en la página web del diario "The Daily Telegraph", el primero en dar la noticia del fallecimiento del intérprete.
Según el periódico, la viuda, la exmodelo danesa Birgit Kroencke, con quien se casó en 1961, esperó a hacer pública la noticia para informar primero a la familia y los allegados.
Su partida levantó reacciones dentro y fuera del mundo del espectáculo, incluida la del primer ministro británico, David Cameron, que lamentó la muerte de un "titán de la era dorada del cine" y un "distinguido veterano de la Segunda Guerra Mundial".
Lee se enroló como voluntario en la Real Fuerza Aérea británica durante el conflicto y comenzó su carrera artística en los últimos años de la década de 1940.
En los estudios de cine le dijeron que era demasiado alto para ser actor, así que descartó pronto cualquier papel de galán y saltó a la fama como protagonista de las películas de terror de la legendaria productora Hammer.
Encarnó al monstruo de Frankenstein, a la Momia y, sobre todo, al conde Drácula, un personaje al que continuó interpretando en diversas secuelas hasta la década de 1970, cuando por fin le dio descanso para diversificar su carrera.
El creador de las novelas de James Bond, Ian Fleming, -primo suyo por parte de su padrastro-, le había propuesto años antes para interpretar al Doctor No en la película del mismo nombre, aunque el papel se lo llevó finalmente el canadiense Joseph Wiseman.
El británico se quitó esa espina en 1974, cuando dio vida al villano Scaramanga, rival del agente 007 en "The Man with the Golden Gun".
Lee fue un actor incansable y versátil, que a pesar de su fama aceptó decenas de papeles secundarios y encarnó a todo tipo de personajes.
"He aparecido en infinidad de películas que estaban por delante de su tiempo. Algunas de ellas muy buenas", relataba Lee en una entrevista a la BBC en 2001.
Con el siglo XXI, su carrera volvió a alzar el vuelo gracias a colaboraciones como las que fraguó con el director Tim Burton, con quien trabajó en "Sleepy Hollow" (1999), "Charlie and the Chocolate Factory" (2005) y "Alice in Wonderland" (2010).
"Me ofrecen más guiones ahora que en todo el resto de mi carrera", admitía Lee cuando estaba a punto de cumplir 80 años.
Una generación de espectadores recordará a Lee por su interpretación de Saruman en la saga de "The Lord of the Rings", que rompió récords de taquilla entre 2001 y 2003.
En ese papel, el actor volvió a poner su carisma al servicio de un personaje malvado y corrupto, que traiciona a sus amigos y se une al lado oscuro para acumular poder.
Incluso en los tiempos en los que su faceta como actor parecía estar agotada, en la década de 1990, Lee no dejó su actividad artística e inició un proyecto musical que le acompañaría hasta sus últimos días.
El actor, amante de la ópera y capaz de cantar en un registro de bajo, grabó diversos temas que aparecieron en algunas de sus películas y llegó a lanzar un álbum inspirado en los musicales de Broadway.
Con cerca de 90 años, Lee abrió una nueva etapa como músico de "heavy metal", y ganó varios premios con su álbum "Charlemagne: By the Sword and the Cross" (2010).