San Sebastián, España, 17 de septiembre, 2016 (AP). El actor Ethan Hawke recibirá el sábado el Premio Donostia del Festival de San Sebastián por su trayectoria.
El cine es una cuestión de "equilibrio" entre los aspectos más comerciales y los proyectos más creativos, dijo el actor estadounidense en la celebración de su carrera de tres décadas en el cine.
El galardón reconoce la actividad profesional del también director, guionista y escritor.
"Los premios siempre te hacen reflexionar. Espero que lo que he hecho sea un entrenamiento para los próximos 30 años. ¿Cómo será mi carrera en el futuro? Quiero seguir haciendo papeles diferentes y aprender de los más jóvenes", dijo ante los medios Hawke, que también aprovechó para presentar en España su última película, "The magnificent seven" ("Los siete magníficos"), su tercera producción junto al director Antoine Fuqua y en la que también trabaja Denzel Washington.
Hawke definió la adaptación del clásico de John Sturges como una "pieza moderna" que denuncia la "codicia" empresarial y saludó la "diversidad" que preside el reparto, ya que en su opinión constituye un ejemplo de las "cosas maravillosas" que se logran cuando se unen profesionales de distintos orígenes, una idea que vinculó con un comentario sobre el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump. "Estoy seguro de que a él (Trump) la película le gustaría, pero no entendería que el mensaje de la cinta es que las personas se unirían para luchar contra él", bromeó.
La película supone la primera incursión en el cine del Oeste por parte de Hawke, que recordó cómo le llegó la propuesta para el papel de Goodnight Robicheaux. "Estaba celebrando una fiesta en mi casa a la que había invitado a Antoine (Fuqua) y Denzel (Washington). Me dijeron que planeaban un 'remake' de "Los siete magníficos". Les pregunté: '¿Quién está en el reparto?'. 'De momento nadie', me dijeron. "Pues si no me dais uno de los papeles, os vais de casa ahora mismo", rememoró entre risas el actor.
Preguntado por la violencia de la película y sobre la que existe en Estados Unidos, Hawke lamentó que haya "tanta demanda" de armas en su país, pero al mismo tiempo se posicionó a favor de luchar contra su proliferación "con leyes, y no con censura". "El arte y el cine tienen fuerza colectiva para contribuir al diálogo y forman parte de nuestra propia salud mental", defendió.
La pluralidad y la experimentación dominan la carrera de Hawke, que sabe combinar la vertiente de entretenimiento que buscan los grandes estudios con proyectos propios al margen de las tendencias de la industria, ya sea como protagonista o como guionista, facetas ambas que le han proporcionado cuatro nominaciones a los Oscar.
"Una vez escuché a Clint Eastwood decir: 'una película para los estudios, otra para mí'. Si no haces que la gente (los estudios) ganen, tú no puedes jugar. Creo que el secreto para desarrollar una buena carrera es el equilibrio", comentó.
Hawke, en cuya trayectoria destacan títulos como "El club de los poetas muertos" (Peter Weir), "Bocados de realidad" (Ben Stiller), "Gattaca" (Andrew McNiccol) y "Boyhood" (Richard Linklater), recordó que sus comienzos no fueron fáciles. "Tenía 14 años cuando hice mi primera película, 'Exploradores'. Fue un fracaso del que tardé en recuperarme. Pero si no aprendes de los fracasos no disfrutas de los éxitos".
El actor también repartió elogios al cine latinoamericano mencionando al mexicano Alfonso Cuarón, con quien rodó "Grandes esperanzas" y al español Alejandro Amenábar, que le dirigió en "Regresión".
"Creo que Latinoamérica es una de las partes del mundo donde se están dando algunos de los momentos más emocionantes del cine actual. Y no sé si es políticamente correcto decir esto, pero me gustaría hacer de Emiliano Zapata en alguna película. Acabo de editar una novela gráfica sobre los indios apache en Estados Unidos. Si vuelvo a dirigir en el futuro una película, me gustaría que fuera sobre ellos, para describir la historia de Estados Unidos desde su punto de vista".