Cannes, Francia, 16 de mayo, 2016 (AP). Rodeada por su colorido elenco, la directora británica Andrea Arnold bailó por la alfombra roja del Festival de Cine de Cannes al ritmo del hip hop que decora su película "American Honey".
El corazón de Cannes, que ya late a un ritmo frenético, se aceleró con la punzante odisea sensorial de Arnold, que lleva al espectador por la pobreza del medio oeste estadounidense a través de los ojos de un grupo de adolescentes caprichosos que tratan de estafar suburbios en su van. La exuberancia del filme y sus jóvenes - incluida la revelación Sasha Lane, el actor Shia LaBeouf y un número de actores amateur seleccionados por el camino - se hizo sentir por toda la alfombra del festival el domingo.
En el evento, en su 69a edición, solo hay tres mujeres entre los 21 directores que compiten por la Palma de Oro, pero su impacto ha sido enorme. En lo que va del festival, dos de los filmes más aclamados han sido los de Arnold y la directora alemana Maren Ade, cuya cinta "Toni Erdmann" es una rareza mayor: una comedia alemana de 162 minutos que ha agradado a multitudes.
El hecho de que un par de mujeres tengan éxito en Cannes no es de por sí algo notable. No es de sorprender que Arnold, la camaleónica directora de "Fish Tank" y "Wuthering Heights", haya creado algo abrasador en su primer filme estadounidense, como tampoco sorprende que los inesperados giros humanísticos de Ade ("The Forest for the Trees", "Everyone Else") sean tan efectivos (y graciosos) en "Toni Erdmann".
Pero esto no es algo común en Cannes, donde las mujeres cineastas han carecido persistentemente de representación.
En el 2012, no hubo una sola mujer directora en la competencia de Cannes, lo que llevó a protestas y críticas. El director del festival Thierry Fremaux ha prometido hacer mejoras en este sentido al tiempo que ha llamado a la industria a mejorar también.
Las oportunidades han llegado pero lentamente, demasiado, dirían algunos. El año pasado solo hubo dos mujeres en la competencia, y en el 2016 la cifra mejoró solo por una. (La tercera es la realizadora francesa Nicole Garcia con "Mal de pierres", o "From the Land of the Moon", que se estrenó con menos bombo el domingo).
Algunos países se han impuesto metas para la igualdad de género en la industria del cine. El domingo, el Instituto de Cine Sueco promocionó un programa lanzado en 2012 que busca que los fondos suministrados por el estado para el cine se dividan equitativamente entre hombres y mujeres para el 2020. Ya alcanzó la meta.
Un programa similar fue develado el domingo por el Instituto de Cine Británico y otros grupos de cine del Reino Unido para equilibrar el financiamiento entre los géneros en los años venideros.
Entretanto, en Estados Unidos, la American Civil Liberties Union (ACLU) anunció el pasado miércoles que un año después de que exhortó a la Comisión Federal de Oportunidades de Empleo Equitativas a que investigara la discriminación de mujeres directoras en el cine y la TV, estaba "alentada por el alcance del proceso del gobierno".
Cuando se le preguntó en una charla de mujeres en Cannes si Hollywood debería considerar cuotas de 50/50, Jodie Foster (cuya cuarta película como directora, el thriller de rehenes "Money Monster", se estrenó fuera de competencia) dudó ir tan lejos. "Es una experiencia", dijo. "Veamos cómo les va".
Aunque la igualdad de género en el cine ha sido una conversación constante en el festival, ésta ha sido opacada por la calidad de las películas.
Tras el estreno de "Toni Erdmann", todo lo que la gente pudo decir era cuán inesperado deleite resultó este filme. "No solo el humor alemán existe, podría salvarte la vida", reseñó la publicación The Guardian.
El filme es sobre un padre bromista (Peter Simonischek) que intenta reducir la brecha entre él y su hija treintañera (Sandra Huller) mediante el uso de chistes y comedia. La visita en su trabajo corporativo en Bucarest, pero fracasan sus primeros intentos por acercarse a ella y entonces decide hacerse pasar por un álter ego ("Toni Erdmann"), lo que da pie a una serie de encuentros cada vez más descabellados. Cuanto más extrema se vuelve la comedia, mayor es profundidad emotiva.
"American Honey" es mucho más salvaje. Arnold, inspirada inicialmente por una historia en el New York Times sobre bandas de adolescentes rodantes, se preparó para el filme haciendo su propio viaje por Estados Unidos. En el camino encontró a la mayor parte de su elenco, incluyendo a Lane, quien al principio temió que le estuviera proponiendo hacer una película pornográfica.
En "American Honey", el romance de la vida en la carretera florece y se sofoca alternadamente en un país de hijos sin padres, familias arruinadas por las drogas y niños sin futuro. El elenco se sumergió en la aventura del filme, a menudo conociendo sus escenas y destinos a último momento.
"Hallo inspiración en la vida real y las personas reales", dijo Arnold a los reporteros, al tiempo que agregó que evita hacer referencias a otras películas o cineastas. "Trato de encontrar mi propio camino. Trato de encontrar mi propia voz".