Sony decide retirar la película “La entrevista” tras las amenazas recibidas por las salas de cine. Según el redactor de DW, Jochen Kürten, esta acción podría sentar un precedente.
Un grupo de hackers anónimos amenazó con un atentado y recordó los ataques del 11 de septiembre para añadir dramatismo a la amenaza. La intención era impedir la proyección de una película de Hollywood en la que se ridiculiza al dictador norcoreano Kim Jong Un. Sony, la multinacional encargada de la producción de la cinta, reaccionó primero dejando en manos de los cines la posibilidad de proyectar “La entrevista” para, poco después, anunciar que no llevará el filme a los cines.
La decisión de Sony también afectará a la comercialización de la película en DVD. Y es que, según lo anunciado, tampoco estará disponible en ningún servicio de vídeo bajo demanda, lo que hoy en día para las productoras supone una gran porción de la tarta. Todo ello costará a Sony 42 millones de dólares. Y es que ni la intervención ni el llamamiento hecho por prominentes personalidades, que rehúsan arrodillarse ante los hackers, han dado sus frutos. Incluso el autor de bestsellers brasileño, Paulo Coelho, habría ofrecido su página web a Sony para mostrar la película a cambio de unos simbólicos 100.000 dólares. Probablemente, la ya producida película “La entrevista” será recordada como una de las grandes obras desconocidas en la historia del cine.
Sátira o farsa
Independientemente de si la película es sólo una sátira política, algo que afirman algunos de los pocos críticos que han visto la película, o una estúpida farsa al estilo Hollywood, como opinaban otros, la reacción de Sony ha sido explosiva. También probablemente porque tendrá consecuencias para el mundo del cine. Porque, a diferencia de las protestas y amenazas llevadas a cabo en el pasado contra, por ejemplo, Los versos satánicos de Salman Rushdie o las caricaturas de Mahoma publicadas por un dibujante danés, en este caso las consecuencias podrían ser importantes. Y no sólo moralmente, sino también económicamente.
A pesar de que primero dejó en manos de los cines la posibilidad de emitir la película, finalmente Sony decidió cancelar su comercialización.
Los libros no pueden ser prohibidos. Al menos no en el mundo entero. De alguna manera, la gente tiene acceso a manuscritos censurados, textos prohibidos y libros retirados. Incluso la publicación de caricaturas es difícil de impedir a largo plazo. La música, la ópera y el teatro también están menos expuestos globalmente, en parte porque están vinculados a un área lingüística particular. El arte y la cultura son particularmente vulnerables cuando son administrados a nivel mundial. Lo mismo ocurre con las películas de Hollywood.
En realidad, lo único que se puede discutir acerca del tema es si los productos hollywoodienses se pueden considerar arte o no, y si el tipo de comedias que combinan burlas, sátira y autoironía, y del que forma parte “La entrevista”, tienen algo que ver con el arte. Eso sí, lo que ha supuesto esta vez la retirada de la película de Sony del mercado es un caso destacado que podría sacudir los cimientos de Hollywood.
Lo que no es de esperar es que empiecen a surgir imitadores que ataquen cualquier película con cierto carácter crítico, como han hecho con tanto éxito los hackers a través de su ciberataque. Aunque bien podría suceder a medio plazo. Y es que las reacciones de otros cineastas de Hollywood apuntan directamente a la autocensura. El director Steve Carell, por ejemplo, acaba de cancelar su próximo proyecto cinematográfico, en el que pretendía atacar al régimen norcoreano. Es posible que en el futuro, los estudios de Hollywood se piensen dos veces la conveniencia de aceptar un guión en el que se critique abiertamente a alguna dictadura.
Garantía de ingresos
Resulta que los ciberterroristas tienen algo en sus manos. A simple vista, las amenazas a los productores y directores de Hollywood no han supuesto un traspaso de fronteras a nivel político. El ataque tiene que ver con el dinero. Las productoras estadounidenses y la multinacional Sony, que se ha convertido en una parte esencial de Hollywood, dependen económicamente de los resultados de taquilla de sus productos en todo el mundo. Si los ciberterroristas son capaces de conseguir sus objetivos mediante ataques como este, en el futuro lo tendrán fácil. Incluso no tendrán que conformarse con amenazas vacías. Las productoras valorarán primero la repercusión económica que supondría perder una película. Y es que, según los estándares de Holywood, una comedia como “La entrevista” es una película pequeña. Si hubiese llegado a suceder algo, el multimillonario negocio del cine habría sufrido las consecuencias durante las fiestas navideñas. Pero se trataba de algo más que los 42 millones de dólares, ya que había vidas en juego.
¿Qué se puede sacar en claro de este asunto? Que aumentará la ya de por sí gran vulnerabilidad de las multinacionales, sobre todo de aquellas del campo de la cultura, especialmente en el cine. Y que existe un lado oscuro en la red que no duda en emprender actividades criminales. El caso de “La entrevista” no será el último de este tipo.